jueves, 31 de octubre de 2013


Fuerte San Felipe un viaje hacia la historia

Por: Paula Paulino

Bañado por las aguas del azul turquesa del Océano Atlántico en la colina de la puntilla del malecón, se encuentra el Fuerte San Felipe, un extraordinario monumento construido con las más delicadas piedras traídas desde lo más profundo del océano en la ciudad de Puerto Plata.

Esta estructura rocosa de carácter militar fue erigida para defender  y proteger la costa de incursiones bandoleras que aterrorizaban a los habitantes. Sin embargo, en el año 1541 su avance fue fomentado por el Gobernador Nicolás de  Ovando.  Su nombre se debe en honor al Rey San Felipe II, ya que en este reinado concluyó la construcción de esta trascendental obra colonial.


En el frente de la obra se lee aún: “Dio fin a esta fortaleza el capitán don Pedro Rengifo, alcaide de ella, año 1577”. Construida en un estratégico punto de la isla, la Fortaleza de San Felipe fue escenario de grandes batallas por la subsistencia de la colonia.

A solo cinco minutos del corazón de la Tasita de Plata puedes encontrar esta icónica estructura que pretende perpetuarse en el tiempo como centinela de la patria.

El valor histórico del Fuerte es incalculable pues esta fortaleza resistió los embates de invasores y corsarios. Sin lugar a dudas, la novia del atlántico no solo esta bañada por las frescas aguas del mar, sino, que además está salpicada por numerosos eventos que marcaron el rumbo de nuestra historia.

Este majestuoso monumento tuvo a uno de los hombres más venerado de nuestra nación a nuestro Juan Pablo Duarte. Joven esbelto, de buena apariencia y más aun con una gran vocación de servicio, no tardó en convertirse en un líder juvenil, que la juventud de su tiempo reconoció y siguió. Fue también un luchador de nuestra independencia.

Por el pasar de los años, el Fuerte se convirtió en un gran museo declarado como patrimonio cultural. En el podrás descubrir su belleza e historias que remontan del ayer.

Este museo cuenta con servicios de visitas guiadas que te llevaran a las diferentes aventuras hechizándote para transportarte al pasado. Su horario es de 8:45 de la mañana  a 4:45 de la tarde de Lunes a Domingo, aunque para muchos es una curiosidad de que este no elabore los sábados.

La zona es visitada a diario por nativos y extranjeros, a su llegada como por arte de magia acuden al lugar vendedores de frutas tropicales y souvenirs, además se exhibe un burro vestido de girnardas, con el cual puedes tomarte una foto, y así el recuerdo queda plasmado en ella.



Su entorno es sencillamente encantador, un bien cuidado de pasto verde cubre el área que lo circunda y en el centro de la rotonda se levanta imponente la estatua encueste de la primera espada de la Restauración el General Gregorio Luperón.


En el mismo, está el primer hospital militar de Puerto Plata, el cual fue construido por los interventores norteamericanos, en 1916. Pero no se puede quedar el Faro de Punta Fortaleza, con una estructura de hierro fundido, cuenta además con ocho columnas y una escalera de caracol, es y sigue siendo  un símbolo fulgente que como la luna ilumina cada noche el puerto de la ciudad.

En él se disfruta de una vista esplendorosa hacia el mar de cristal, y en el atardecer el turista se deleita mirando la entrada y salida de los barcos que se van alejando por el norte.


Mientras subes las escaleras del Fuerte, se ve una gran puerta de hierro de color gris oscuro, como si fuese la entrada del cielo. Al entrar, mientras  cruzas un puente de madera, aunque en sus origines era elevadizo, puedes observar un precipicio con piedras rocosas en las cuales ponían las flechas para atrapar a sus oponentes.

Después de cruzar, llegas a las celdas sus puertas son bien pequeñas aproximadamente con una medida de casi cuatro pies, allí se guardan y preservan los objetos originales de la época colonial como revólveres, bayonetas, monedas, espadas, arcabuces, estribos para caballos, e instrumentos de lanza. En esa interesante exposición  puedes apreciar y a través de ella conocer la historia que recorren las paredes de color de lana del museo.

 

Además posee otra vitrina con artesanías dominicanas. En la que se observa collares y piezas hechas con jícaras de coco, larimar y piedras. También, muñecas de trapo y otros utensilios de la época que son utilizados para recrear la historia.

En otra de las habitaciones se pueden observar cuadros representativos de todas las primicias de América que ocurrieron en República Dominicana, como el primer almirante, la primera misa y el  primer catequista evangelizador, entre otros.

 

En la cima del Fuerte, se observan cañones de color negro en dirección del mar apuntando para atacar a los intrusos que intentaban llegar. Desde allí se aprecia una panorámica del malecón, una vista de la loma Isabel de Torres, y una vista completa del puerto, el cual era defendido desde esta fortaleza de las invasiones de corsarios y piratas.

A las diez de la mañana al igual que a las 4:45 de la tarde, se escucha un fuerte ruido que estremece  todos  los rincones del fuerte, es una réplica de un cañonazo, que  permite al visitante adentrarse en esos años de la historia de Puerto Plata, el cual usted no debe dejar de conocer en una visita a la Novia del Atlántico.

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