jueves, 31 de octubre de 2013

Fuerte San Felipe un cofre lleno de historias inolvidables

Por: Paula Paulino

Al norte de la ciudad encantada de puerto plata, se encuentra el Fuerte San Felipe. Es el cofre más valioso que posee esta ciudad, ya que en su interior guarda vestigios de antigüedades que remontan al paso de los conquistadores, cuando barcos piratas y corsarios invadían el Fuerte.

Junto a su hermano Bartolomé, Cristóbal Colon comenzó a construir el Fuerte en 1496 de más de 21.000 pies cuadrados. Pasaron los años, el rey Felipe II gobernaba cuando esta magnífica obra colonial concluyo. He de ahí su nombre en honor a este rey.

Esta Fortaleza fue construida en piedras con la finalidad de proteger la “Tasita de Plata” contra posibles invasores que venían de todo el mundo a conquistar esta ciudad.

A medida que  el tiempo fue  avanzando se le hicieron algunas remodelaciones, la primera fue en 1880, por el General Gregorio Luperón quien en esa época gobernaba el país, y también en el gobierno de Joaquín Balaguer en 1974. En ese mismo año el fuerte fue habilitado como un museo, y también declarado como patrimonio cultural.

 El director actual del museo  Cándido Marmolejos planteaba en el recorrido  que la Directora General Ana María Conde hizo un remozamiento en el 2009 dentro del Fuerte en el cual agregaron energía eléctrica, agua potable, oficinas, baños entre otros factores que este no tenía.

Sin lugar a dudas no solo la infraestructura resulta un atractivo para los turistas, sino que para ellos es fascinante poder envolverse en la historia de las batallas entre los españoles y  sus adversarios.

El Fuerte es conocido como “El Morro de San Felipe” es un fiel testigo y protector de lo que se vivió en esa época. Es por esto que es y sigue siendo un tesoro codiciable por piratas  extranjeros que hoy  disfrutan de un mundo mágico.




Este cofre de recuerdos guarda en el museo antigüedades como armas de la época colonial, los cuales son revólveres, bayonetas, monedas, espadas, arcabuces, estribos para caballos, e instrumentos de lanza, las cuales se exhiben como  evidencias  hechizando al visitante para transportarlo al pasado.



Al entrar, mientras  cruzas el puente, puedes observar un precipicio con piedras rocosas en las cuales ponían flechas para atrapar a sus oponentes, así mismo, los cañones en dirección del mar para protegerse de los posibles ataques que estos podían proporcionarles.

Al recorrer el lugar, puedes contemplar dos puertas de aproximadamente más de tres pies de altura, en las cuales hay que inclinarse para poder cruzarlas. Caty quien es guía desde hace dos años  relata que fueron diseñadas estratégicamente, para protegerse durante las batallas.

El fuerte es un lugar de descanso y un atractivo turístico. En su exterior se disfruta de una vista esplendorosa hacia el océano atlántico, en el atardecer el turista se deleita mirando la entrada y salida de los barcos que se alejan por el norte. El mismo posee en su entorno un Faro que ilumina en horas nocturnas sirviendo de  lugar recreativo para todos sus visitantes. 

Este centro histórico, situado en la novia del atlántico es un  lugar placentero, pues días tras días  sigue siendo un tesoro codiciable por piratas  extranjeros que hoy  disfrutan de un mundo mágico.  


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