Fuerte San Felipe un cofre lleno de
historias inolvidables
Por:
Paula Paulino
Al norte de la ciudad encantada de puerto plata, se encuentra el Fuerte
San Felipe. Es el cofre más valioso que posee esta ciudad, ya que en su
interior guarda vestigios de antigüedades que remontan al paso de los
conquistadores, cuando barcos piratas y corsarios invadían el Fuerte.
Junto a su hermano Bartolomé, Cristóbal Colon comenzó a construir el
Fuerte en 1496 de más de 21.000 pies cuadrados. Pasaron los años, el rey Felipe
II gobernaba cuando esta magnífica obra colonial concluyo. He de ahí su nombre
en honor a este rey.
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A medida
que el tiempo fue avanzando se le hicieron algunas
remodelaciones, la primera fue en 1880, por el General Gregorio Luperón quien
en esa época gobernaba el país, y también en el gobierno de Joaquín Balaguer en
1974. En ese mismo año el fuerte fue habilitado como un museo, y también
declarado como patrimonio cultural.
El director actual del museo Cándido Marmolejos planteaba en el
recorrido que la Directora General Ana
María Conde hizo un remozamiento en el 2009 dentro del Fuerte en el cual
agregaron energía eléctrica, agua potable, oficinas, baños entre otros factores
que este no tenía.
Sin lugar a
dudas no solo la infraestructura resulta un atractivo para los turistas, sino
que para ellos es fascinante poder envolverse en la historia de las batallas
entre los españoles y sus adversarios.
El Fuerte es
conocido como “El Morro de San Felipe” es un fiel testigo y protector de lo que
se vivió en esa época. Es por esto que es y sigue siendo un tesoro codiciable
por piratas extranjeros que hoy disfrutan de un mundo mágico.
Este cofre de
recuerdos guarda en el museo antigüedades como armas de la época colonial, los
cuales son revólveres, bayonetas, monedas, espadas, arcabuces, estribos para
caballos, e instrumentos de lanza, las cuales se exhiben como evidencias
hechizando al visitante para transportarlo al pasado.
Al entrar,
mientras cruzas el puente, puedes
observar un precipicio con piedras rocosas en las cuales ponían flechas para
atrapar a sus oponentes, así mismo, los cañones en dirección del mar para
protegerse de los posibles ataques que estos podían proporcionarles.
Al recorrer el
lugar, puedes contemplar dos puertas de aproximadamente más de tres pies de altura,
en las cuales hay que inclinarse para poder cruzarlas. Caty quien es guía desde
hace dos años relata que fueron
diseñadas estratégicamente, para protegerse durante las batallas.
El fuerte es
un lugar de descanso y un atractivo turístico. En su exterior se disfruta de
una vista esplendorosa hacia el océano atlántico, en el atardecer el turista se
deleita mirando la entrada y salida de los barcos que se alejan por el norte. El
mismo posee en su entorno un Faro que ilumina en horas nocturnas sirviendo de lugar recreativo para todos sus visitantes.
Este centro
histórico, situado en la novia del atlántico es un lugar placentero, pues días tras días sigue siendo un tesoro codiciable por
piratas extranjeros que hoy disfrutan de un mundo mágico.
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